Preparar a tu mascota para el otoño: entender la muda y cuidar su piel y pelaje

Con la llegada del otoño, los días se acortan y las temperaturas bajan. Nuestros perros y gatos también lo sienten: su organismo se prepara para el frío. Durante este proceso, muchos tutores observan que sus animales pierden más pelo de lo habitual. Sin embargo, la muda estacional no es una simple caída: es un fenómeno biológico que refleja la adaptación natural del cuerpo al cambio de estación.

El ciclo del pelo: una maquinaria precisa

Cada pelo sigue un ciclo compuesto por varias fases: anágena (crecimiento), catágena (transición) y telógena (reposo previo a la caída). La muda se produce cuando muchos pelos pasan simultáneamente desde la fase telógena a la caída. En perros y gatos, este ciclo está influido por el fotoperiodo y la temperatura ambiental; la luz regula hormonas como la melatonina que afectan a los folículos pilosos.

Mudas estacionales y mudas domésticas

En primavera, el animal elimina el denso subpelo invernal; en otoño, el pelaje se renueva hacia un manto más espeso y protector. Los animales que viven en interiores pueden experimentar mudas más suaves pero continuas, debido a la luz artificial y la calefacción que alteran el ritmo natural.

Factores que influyen en la muda

Raza: perros y gatos de doble capa (Husky, Malamute, Maine Coon) presentan mudas más marcadas.

Edad: los cachorros desarrollan su primer pelaje; los animales mayores pueden perder densidad.

Salud y nutrición: desequilibrios hormonales, estrés o carencias pueden acentuar la caída.

Ambiente: humedad, temperatura y ventilación afectan directamente la piel.

Cómo apoyar a tu compañero durante la muda

1) Cepillado: más que estética, bienestar

El cepillado diario elimina pelo muerto, mejora la microcirculación de la piel y ayuda a mantener el manto aireado. Carda para pelajes largos; guante o cepillo suave para pelos cortos. Un secado controlado puede facilitar la expulsión del subpelo y estimular la renovación del manto.

2) Alimentación equilibrada: brillo desde dentro

El pelaje refleja la salud interna. Asegura proteínas de calidad y micronutrientes clave.

Ácidos grasos omega-3 (EPA/DHA): apoyo antiinflamatorio cutáneo y mejora del confort dérmico.

Levadura de cerveza: fuente natural de vitaminas del grupo B y biotina, útil para piel y pelaje.

Bardana, ortiga y diente de león: plantas tradicionales de apoyo dérmico.

Prebióticos, probióticos y postbióticos: ayudan a una microbiota equilibrada y una mejor absorción de nutrientes.

3) Higiene respetuosa: menos espuma, más cuidado

Durante la muda, la piel puede estar más sensible. Opta por un champú suave, específico para mascotas y con pH adaptado, que limpie sin resecar y ayude a eliminar el pelo suelto. Ajusta la frecuencia del baño según tipo de piel y recomendación profesional.

4) Cuándo consultar al veterinario

Acude a revisión si observas zonas calvas simétricas, picor constante, costras o descamación, pelo apagado o quebradizo, o cambios de apetito o comportamiento. Pueden indicar alergias, dermatitis u otros problemas que requieren diagnóstico.

En resumen

La muda otoñal es un proceso natural. Con una alimentación rica en nutrientes esenciales, un cepillado regular y una higiene suave, ayudamos a nuestros compañeros a renovar su manto con fuerza y brillo. El otoño es una oportunidad para reforzar su bienestar y nuestro vínculo con ellos.

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