Trufa y cojinetes en perros y gatos: por qué no tienen pelo y cómo cuidarlos

Lo esencial: biología y función de una piel sin pelo

En perros y gatos, la trufa y los cojinetes plantares son zonas únicas: no tienen pelo, pero son esenciales para su salud, su orientación y su relación con el entorno. Su piel está especialmente adaptada a funciones concretas.

La trufa es una superficie húmeda, fría y sin pelo. Esta ausencia permite mantener la humedad necesaria para disolver las moléculas olorosas y mejorar la percepción olfativa. Un perro puede tener más de 220 millones de receptores olfativos, frente a unos cinco millones en los humanos. El gato cuenta con entre 45 y 80 millones, lo que le otorga una olfacción muy fina. Además, una parte considerable de su cerebro está dedicada al análisis de olores. La superficie desnuda de la trufa también actúa como zona táctil que capta cambios de temperatura y textura.

Los cojinetes son la “suela natural” del cuerpo. Están formados por una piel gruesa, muy queratinizada, sin folículos pilosos y con tejido graso amortiguador. No hay pelo porque reduciría la adherencia, acumularía humedad y aumentaría el riesgo de heridas por fricción. También contienen glándulas sudoríparas que ayudan a mantener la piel flexible y a mejorar el agarre. Un cojinete sano debe ser firme, elástico y sin grietas.

Cuando algo falla: trastornos y enfermedades

Aunque estas zonas son resistentes, pueden sufrir alteraciones.

Trufa: hiperqueratosis nasal (engrosamiento y sequedad con grietas), dermatitis inmunomediadas como pénfigo foliáceo o lupus, y despigmentación o inflamación por alergias, infecciones o exposición solar.

Cojinetes: quemaduras térmicas en verano (el asfalto puede superar los 55 °C y causar lesiones en menos de un minuto), irritaciones por productos químicos o sales, y pododermatitis interdigital debida a fricción o cuerpos extraños.

Síntomas de alerta: cojear, lamerse insistentemente, grietas, sangrado, trufa seca o costrosa, dolor al caminar. En estos casos, se debe consultar con el veterinario.

Cuidado diario y estacional

Limpieza suave y regular: después de cada paseo, especialmente en zonas urbanas o arenosas, conviene limpiar las patas con una espuma natural sin alcohol ni perfumes sintéticos que elimine la suciedad sin irritar la piel.

Espuma limpiadora natural para patas de perros y gatos

Hidratación y protección natural: para mantener la elasticidad y evitar grietas, aplica regularmente un bálsamo natural para patas y nariz con ingredientes vegetales emolientes. Crea una película protectora respirable que repara y refuerza la barrera natural frente al calor, el frío o la fricción.

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Prevención estacional: en verano, evita el asfalto caliente (si tú no puedes mantener la mano diez segundos, tu perro tampoco). En invierno, aclara las patas tras caminar sobre nieve o zonas con sal. Seca siempre con una toalla suave, especialmente entre los dedos, para evitar maceraciones.

Cuidar la trufa y los cojinetes es mantener su capacidad sensorial, movilidad y bienestar diario.

Fuentes

Merck Veterinary Manual (2022); MSD Animal Health (2023); Cornell University College of Veterinary Medicine (2022); Royal Veterinary College (2021); American Kennel Club (2023).

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